Voir et lire. Ma petite monde des Livres
Espacio para leer mirando. Repleto de historias, de bellas imágenes, de entrevistas, en fin… de palabras. Para leer el mundo través de la mirada de personas y personajes. Bienvenidos.
sábado, 28 de mayo de 2011
El paso de Istvan por la UNCo (dejó grandes y fructíferas huellas...)
viernes, 20 de mayo de 2011
Istvan Schritter visita la UNCo
El Plan Nacional de Lectura y la Universidad Nacional del Comahue darán inicio al ciclo de Conferencias Magistrales "La lectura y la literatura infantil y juvenil" el jueves 26 de mayo a las 16 horas, en la Facultad de Ciencias de la Educación -Irigoyen 2000, Cipolletti, Río Negro-. El primer invitado será el ilustrador, diseñador y escritor, Istvan Schritter. El título de su conferencia es "Libro álbum: lectura e imagen".
Autodidacta. Ilustrador, diseñador y escritor, ha publicado más de 80 libros en Argentina, México, Francia, España y Suiza. Es autor de los grandes murales de la "Semana del niño" en la Universidad Pedagógica Nacional de México (1992) y del "Museo de los niños - Abasto" de Buenos Aires, Argentina (1999). Sus trabajos fueron seleccionados para las exposiciones internacionales de ilustración de libros para niños de Bratislava, Eslovaquia (1993,1995, 1997, 1999, 2001 y 2003); Bologna, Italia (1996 y 2000); Sàrmede, Italia (1994, 1997, 1999 y 2002) y Buenos Aires, Argentina (1998, 1999, 2002 y 2003). Realizó exposiciones individuales en México (1992), Argentina (1995, 1997, 2002 y 2003) y Portugal (1999).
Como docente se desempeñó en los niveles inicial, primario, secundario, terciario y universitario. Ha coordinado numerosos cursos y charlas sobre ilustración de libros para niños, destinados a docentes y especialistas en literatura infantil. Invitado como disertador en Argentina, Uruguay, México, Portugal e Italia. Autor del ciclo "Ilustración de libros para niños. El mar inexplorado", emitido por el canal de TV TelePuerto (Santa Fe, Argentina) en el año 2001.
Actualmente es director de la colección "Libros-álbum del Eclipse" de Ediciones del Eclipse (Buenos Aires, Argentina). Es Profesor titular del curso sobre ilustración de libros para chicos de la Dirección Nacional de Posgrado en Artes Visuales "Ernesto de la Cárcova" (Buenos Aires, Argentina); autor de artículos y notas bibliográficas sobre ilustración de libros para chicos en revistas especializadas de Argentina, Colombia y España; y fundador y miembro activo del Foro de Ilustradores Argentinos (www.forodeilustradores.com) y como tal, organizador de las Muestras de Ilustración de libros para chicos de Buenos Aires.
sábado, 3 de octubre de 2009
El arte ilustrado de Benjamin Lacombe
jueves, 6 de agosto de 2009
Los libros-álbum: entre los microrrelatos y la alfabetización visual. Algunas reflexiones sobre lecturas para niños y no tanto
Prof. Esp. Noelia Soriano Burgués
Facultad de Ciencias de la Educación – UNCo
Resumen: Los libros-álbum constituyen una puerta de acceso a múltiples reflexiones sobre una trama textual de difícil clasificación, pero de indudable goce estético tanto para adultos como para niños. Sin recurrir a debates históricos sobre si pertenecen o no a la literatura infantil y qué determina dicha categorización, los libros-álbum conforman un binomio perfecto: narración e imagen. Aquellos que se acercan a la lectura de estos breves textos, se ven interpelados por la convivencia de lenguajes, aceptando el desafío. Los escritores de libros-álbum apuestan a generar una transformación literaria mediante la incorporación de manera consciente y planificada de heterogéneos procedimientos retomados, por un lado, de diversas modulaciones de los relatos brevísimos y, por el otro, de la constitución desde lo visual de un mundo que combina la sintaxis propia de la imagen y su transposición didáctica.
Palabras clave: lectura – libros-álbum – microrrelatos – alfabetización visual.
Bien sabido es que existen distintos modos de leer[1] y distintos tipos de lectura y que varían según el propósito comunicativo que tenga el lector. Por un lado, se puede leer para comprender, para organizar, para seleccionar y ampliar el campo de la información, para indagar sobre la bibliografía o los autores, pero sin lugar a dudas la lectura extensiva[2], es decir la que se realiza por interés, constituye una de las más satisfactorias. Leer por placer, leer para compartir y construir mundos posibles. O, como plantea Daniel Pennac, leer para expandir “el tiempo de vivir”[3]. La lectura de libros-álbum es un espacio privilegiado para pensar estas cuestiones. Por esto, cada vez son más los lectores adultos que se acercan a estos libros, no sólo para disfrutarlos con sus hijos, sino como una experiencia de lectura personal.
El objetivo del presente trabajo será, por un lado, indagar qué leemos en el movimiento pendular constante entre el texto y la imagen en los libros-álbum. De este binomio -palabra e imagen-, de esta conjunción de lenguajes complejos, resulta una producción infinita de sentido; un ida y vuelta entre lo que comprendemos desde el punto de vista textual y lo que creemos leer en la imagen. Sin embargo, son aquellos espacios de lo no dicho los que perduran latentes. En estos intersticios es donde germina la comprensión, pero sobre todo el disfrute de lo leído. Para llevar a cabo esto será necesario observar el papel de la sintaxis de la imagen en esta construcción de sentido en el lector, sobre todo cuando se piensa en la instancia de la adquisición de la lectura, para lo que se reflexionará sobre el rol de la alfabetización visual en este momento particular del desarrollo del sujeto. En el marco de dichas reflexiones se analizará en profundidad un corpus acotado de libros-álbum, entre los que se destacan: ¡Poc!, ¡Poc!, ¡Poc! de Gustavo Roldán (h); El comelibros de Comotto, Un rey de quién sabe dónde de Ariel Abadi y El otro lado de Istvan Banyai, los que pertenecen a las editoriales: Ediciones Del Eclipse y Los especiales de A la orilla del viento del Fondo de Cultura Económica.
Por otro lado, otro de los aspectos a analizar será la relación entre los libros-álbum y los microrrelatos[4]. La prolífica lectura de los microrrelatos nos abre a múltiples caminos interpretativos y críticos, en los que la subjetividad del que lee y se apropia de su discurso configura el género, lo mismo sucede con los libros-álbum. De ahí la vinculación cada vez mayor con el público adulto. Entonces, tal como plantea el reconocido escritor y crítico David Lagmanovich[5], “la obra literaria no termina de formalizarse mientras no completa su circuito, es decir, cuando se ha producido la recepción por parte del lector”. La lectura de los libros-álbum provoca -al igual de lo que sucede con los microrrelatos- procesos metafóricos, de ironía, humor y metaficción. Esta última, en particular, permite desmontar lecturas tradicionales, desestabilizando al lector y requiriendo de él competencias que no pensaba poner en juego en textos considerados como para destinatarios infantiles.
En el artículo “Destinos inesperados: libros para niños adoptados por los lectores adultos”, realizado por el Banco del Libro[6] y publicado por la Revista Imaginaria[7], se plantea:
Los libros para niños para adultos tienen la característica de ser libros inolvidables. […] La brevedad es también una condición que favorece el adueñamiento. […] En un libro álbum la imagen es portadora de significación en sí misma y en diálogo con la palabra. Ilustración, texto, diseño y edición se conjugan en una unidad estética y de sentido. Nada es dejado de lado, el libro es un objeto artístico cuidadosamente elaborado en todos sus elementos.
Entonces, uno de los rasgos característicos de los libros-álbum será la síntesis: una capacidad de concentrar la dimensión semántica en cada uno de los espacios que propone -texto, imagen y diseño- y el requerimiento de un rol constructivo por parte del lector.
1. “Las imágenes detrás del espejo”
Había una vez… empiezan así casi todos los libros de cuentos clásicos que por generaciones han leído los padres a sus hijos. Sin embargo, los libros-álbum dejan de lado todo atisbo clásico, excepto para parodiarlo o deconstruirlo. Los libros-álbum, al comenzar, abren la puerta a los sentidos, al juego con los colores y las texturas y son las primeras palabras las migajas ‘hanselgretelianas’ a seguir. Un primer pantallazo visual sirve para comenzar a pensar qué cuestiones caracterizan a los libros-álbum, pero sobre todo sirve para comenzar a disfrutarlos. A pesar de que los libros-álbum son un género de reciente auge, la prevalencia de este tipo de textos por sobre otros más tradicionales resulta de su carácter heterogéneo y de su origen binario, ya que los libros-álbum conforman un binomio perfecto: narración e imagen. El editor Daniel Goldin[8] de Fondo de Cultura Económica, a cargo de la colección de “Los especiales A la orilla del viento”, plantea que:
El álbum es un género editorial que pone en crisis nuestro acercamiento a la lectura. En el juego entre imágenes, palabras y silencio, el álbum trabaja a su lector, quien explora el tipo de lectura que este género propicia y sus ventajas en un mundo saturado de información.
Pero, ¿cómo se lee una imagen? La lectura y la interpretación de las imágenes de los libros-álbum requieren del lector un esfuerzo cognitivo, cierto conocimiento estético, es decir de la composición visual, del color, la línea, la perspectiva y las texturas. Es que “la imagen ya no ‘ilustra’, no clarifica a la letra escrita sino que la expande, contradice, complementa, o transita en paralelo”, destacan Ruth Kaufman y Diego Bianchi[9], editora y director de arte, respectivamente, de la editorial Pequeño editor.
Por su parte, la ilustradora y autora de libros-álbum Mónica Weiss[10] plantea:
El relato plástico también se puede leer. Leer ilustraciones es un ejercicio intelectual complejo y profundo. La lectura de imágenes de un libro presenta -al menos- dos formas ‘de entrada’: 1. Irrupción: antes de leer la primera letra impresa, ya la imagen global se nos ha introducido sin pedir permiso, instalándonos en el clima general de la obra, definiéndonos su género. 2. Exploración: la imagen ahora es buscada. Con sus secretos, sus otros caminos, sus trampas, sus coincidencias y diferencias con el texto, cada página ilustrada se vuelve un mapa.
Una investigación de campo[11] realizada en el año 2002 por Arizpe y Styles (2002:22) con alumnos de entre 4 y 11 años, de escuelas de diversos contextos socioeducativos, en barrios a las afueras de Londres, a los que se les presentó un corpus de libros-álbum de reconocidos autores como Browne y Kitamura, demuestra que dichos lectores tienen “conocimiento de convenciones estéticas”; son perceptivos a la “relación irónica entre el texto escrito y la imagen” y dan cuenta de “aspectos intertextuales y simbólicos en las obras”. Sin embargo, en la misma investigación se plantea que “la mayoría de los adultos ha perdido la habilidad de leer libros-álbum de esta manera ya que ignoran el todo y consideran las ilustraciones simplemente decorativas” (2002:20[12]). Las investigadoras concluyen su trabajo destacando el rol de la educación visual en la institución escolar, pero a su vez reconocen que no forma parte de los contenidos curriculares de las escuelas inglesas, en las que se pone el énfasis en competencias consideradas como “básicas” tales como la gramática y la fonética. Esto limita los desempeños de comprensión de los niños, ya que no aprenden a decodificar, sino a “construir significados”, lo que “les impide adentrarse en la historia y hacer conexiones entre las partes y el todo” (2002:28). Destacan que de esta forma se “descuida una parte esencial de los libros con mucho potencial para el desarrollo de la lectoescritura”.
En los últimos años con el acceso a las nuevas tecnologías, a internet, el surgimiento de la cultura del blog, han generado que esta brecha se haga aún mayor, por lo que los adultos deben someterse a una nueva alfabetización informática y visual. Dice Daniel Ivoskus[13] en su texto Vivir conectados. Sociedad, política y comunicación en la era digital que “la sociedad del conocimiento necesita más que alfabetizarse. Requiere de una ‘multialfabetización’, un aprendizaje abierto, plural, que eleve al individuo por sobre la tecnología” (2008:164). Es decir, que el sujeto debe apropiarse de la gramática de las imágenes si pretende tener una cabal comprensión de la cultura de nuestros días. Por su parte, el investigador español Miguel Rojas Mix[14] plantea en su texto El imaginario. Civilización y cultura del SXXI que “en la civilización de la imagen, el estudio y análisis del imaginario constituyen una opción esencial para entender el mundo” (2006:21). El autor retoma el concepto de ‘imaginario’ para realizar un estudio de la imagen sin cualificación estética, intentando buscar el sentido de la imagen en la cultura actual. Y sentencia: “La imagen adquiere más y más peso en la comprensión del mundo y en el aprendizaje. Pero todavía somos analfabetos visuales” (2006:31).
Entonces, en la era del diseño de la información, las presentaciones artísticas interactivas invaden la red y los ilustradores tienen infinitas posibilidades de expresión. La página en internet del Foro de ilustradores de la República Argentina contiene información de 357 artistas asociados; en ella figuran direcciones on line, blogs personales, cuestiones que permiten difundir en forma permanente la producción, intercambiar información referida a las técnicas, dando un abanico de oportunidades a los artistas, comenzando por el aumento de la difusión de sus trabajos y el reconocimiento de los mismos. Como contrapunto, son pocas las editoriales en Argentina que publican libros-álbum: “La paradoja es tal que autores e ilustradores argentinos que publican en el extranjero, incluso en sellos editoriales con filial en nuestro país, no pueden ser leídos por los lectores argentinos”, plantean Cecilia Bajour y Marcela Carranza en el artículo “El libro-álbum en la Argentina”[15]. Entonces, la lectura de libros-álbum es un desafío.
Para entender lo que significa este proceso se debería intentar responder las siguientes preguntas: ¿cuánto significa en el aprendizaje de los niños el trabajo con la imagen? y ¿hay espacio en las instituciones educativas argentinas actuales para trabajar la alfabetización visual de la mano de la alfabetización verbal? El análisis de planes de estudio de carreras de enseñanza de Nivel Inicial en universidades públicas argentinas esboza que dicho espacio sigue siendo tangencial, desconociendo la capacidad de integración de tendencias del libro-álbum, en el que confluyen arte literario y plástico contemporáneo. Daniel Goldin[16], por su parte, es escéptico a la hora de plantear una vinculación pedagógica entre los libros-álbum y su uso en la escuela, ya que advierte: “El sentido de la educación con los álbumes, (sería) una educación por cierto muy ligada al silencio. ¿Quién está dispuesto?”, pero reconoce que “al leer un álbum, el niño es presa de dos impulsos contradictorios. Por una parte, la narración lo incita a dar vuelta a la página. Por la otra, la imagen lo retiene”. Es decir que las secuencias didácticas planificadas con este tipo de textos permitirían, por un lado, destacar el valor de la lectura de literatura en la escuela[17] y, por otro, desarrollar y “alentar (en los lectores) la práctica inveterada del fantaseo, la ensoñación y el pensamiento silvestre”[18]. Por su parte, Donis Dondis en su texto La sintaxis de la imagen. Introducción al alfabeto visual destaca la importancia de la alfabetización visual ya que ésta “permite enjuiciar con criterio propio lo que se considera apropiado y estéticamente placentero […] hace de los que la han alcanzado observadores menos pasivos” (2007:208).
Otros investigadores como Kiefer (2004:55) y Sinatra ponderan la vinculación de la enseñanza de los libros-álbum con la adquisición de la alfabetización visual y refieren el desconocimiento de esto por parte de las instituciones educativas, destacando, además, que “la alfabetización visual es indispensable para pensar” (2004:75).
2. Libros-álbum y microrrelatos. Dos caras de una misma moneda textual.
A la hora de analizar la producción de este tipo de textos, cabe preguntarse: ¿cuál es la relación o la vinculación de los libros-álbum con los microrrelatos?, ¿cuál es el lugar de encuentro entre estas dos modulaciones textuales aparentemente disímiles y pensadas para destinatarios distintos? A través del siguiente recorrido teórico se dará cuenta de las conexiones rizomáticas que existen entre ambas texturas. La investigadora Violeta Rojo[19] plantea: “El minicuento es una forma narrativa que se relaciona con otros géneros y sub-géneros literarios y con formas escriturarias no consideradas literarias” y, por su parte, Tomassini y Colombo[20] plantean: “el minicuento es transgenérico por naturaleza”. Bien podría aplicarse estas reflexiones para los libros-álbum. Conocida es la vinculación de los microrrelatos con los chistes, los grafitis, los aforismos, las fábulas y los bestiarios, por nombrar sólo algunos. Por su parte, los libros-álbum también tienden redes con formas textuales pensadas como no escolares, como por ejemplo: la historieta o cómics, los dibujos animados, la publicidad, la plástica, los videojuegos y el cine. Tanto los libros-álbum como los microrrelatos han sido sujetos desde su aparición en el mercado editorial a la incomprensión genérica. A los microrrelatos se los ha incluido en publicaciones de poesías, ensayos, viñetas o catalogados como textos de “humor”, tal es el caso de los relatos brevísimos de Alejandra Pizarnik[21]. La editora del libro Prosa completa[22], Ana Becciu, plantea como categoría literaria de los textos de Pizarnik un capítulo denominado: Humor. Dice Lauro Zavala, con respecto a esta desterritorialización genérica:
Precisamente debido a [la] naturaleza proteica [de la minificción] (es decir, a su hibridez genérica) es muy frecuente que un mismo texto de minificción sea incorporado, simultáneamente, a las antologías de poema en prosa, ensayo y cuento. Este hecho, además de la existencia de una tradición genérica propia, amerita la creación de antologías en las que se reconozca la especificidad literaria de la minificción. (Zavala, 2003: 7).
Por su parte, los libros-álbum cuentan con una reciente y cada vez mayor investigación crítica. Sin embargo, con respecto a su publicación son las revistas especializadas e instituciones como la Asociación de Literatura Infantil y Juvenil de Argentina, las que postulan qué texto pertenece a qué categoría genérica y las editoriales, en general, retoman dichas clasificaciones, ya que no tienen un parámetro claro debido a la naturaleza textual de los libros-álbum, es decir les resulta difícil reconocer los lindes genéricos. Ediciones Del Eclipse, por su parte, dirigida por Istvan Schritter es la única editorial de libros-álbum que destaca en la tapa de los ejemplares el género y, además, incluye en la contratapa una definición genérica de este tipo textual: “Libros en que texto e imagen funcionan inseparables para construir la historia. Libros en donde las imágenes dicen tanto como las palabras. Clásicos y primeras ediciones de autores consagrados y noveles. Para chicos y grandes. Libros para leer mirando”.
Para comprender las conexiones entre estas dos modulaciones será necesario analizar en profundidad algunas obras: a. El otro lado de Istvan Banyai. Ilustrador húngaro, nacido en Budapest. Zoom fue su primer álbum ilustrado. En este libro-álbum el autor utiliza la técnica del zoom para plasmar fotografías cada vez tomadas desde más lejos, lo que permite ir haciendo sugestivas conjeturas de adónde nos lleva la imagen y cuál es el contexto de cada una. Es decir que, en cada imagen, el “lector” genera un relato brevísimo que se incrustando en otro mayor al dar vuelta la página.
El texto El otro lado es un álbum propiamente dicho en el que cada página impar plasma, tal cual lo enunciado en el título, el derecho de un evento y en el dorso se plantea su revés. Con una vuelta de tuerca de humor las escenas van conectándose a través de lo visual, el uso de colores vivos contrasta con fondos que oscilan entre el negro, el gris y el blanco. El autor deja algunos rastros de color que van conformando el todo, es decir tejiendo nexos entre las imágenes. Se cita, por ejemplo, una de las escenas: de un lado vemos a una espectadora sola esperando el inicio de una obra en un majestuoso teatro, la rodea la oscuridad. El telón está cerrado pero se ilumina el centro del mismo, del que asoma un actor con un sombrero circense rojo observando el público. Al dar vuelta la página se muestra el entretelón y los artistas: un payaso –el que observaba a través del telón-, a su lado una valija con la inscripción “ist1[23]” -que constituye el logo de la página de internet de Banyai-, una bailarina y a su lado un ave disfrazada con tutú, un tigre dándonos la espalda –puesto en casi la misma posición y tamaño que en la escena anterior- y lo que aparenta ser el gato de la imagen anterior o un niño disfrazado de superhéroe, con capa negra –lo que se confirma en la siguiente escena-. A lo lejos, a través de la apertura del telón puede verse a la espectadora, atenta pero sola. Este grupo fantástico de personajes se suman a un sinnúmero de otros que pueblan este mundo del otro lado.
Cada situación en el libro-álbum está finamente desarrollada desde el humor y la ironía. El texto está organizado a través de una sola palabra: “Revés”, escrita como en espejo tanto del derecho como del revés de la página, el autor nos enfrenta a lo que significa el eje de la obra: “sé ver”. Ése es el punto que estalla y construye el relato para atrás y hacia adelante, ya que la constitución artística de las tapas puede leer-mirarse de adelante para atrás o de atrás para adelante. La obra en sí misma en cada situación, en cada escena propuesta, es un microrrelato visual y la instancia de tensión hasta dar vuelta la página es lo que provoca en el lector la inmersión en el relato y la ansiedad por ver cómo se resuelve cada historia. Con respecto a la composición visual, este libro-álbum se caracteriza por usar líneas negras, bien definidas a las que el artista añade toques de color en lugares estratégicos de la ilustración. Banyai efectúa un tratamiento de las imágenes a través de programas digitales. Con sólo 88 palabras en todo el libro contando el título, Banyai construye un microrrelato total.
b. ¡Poc!, ¡Poc!, ¡Poc! de Gustavo Roldán (h). En este libro-álbum hay un trabajo con el blanco y negro. En el negro está el texto, en el blanco, la imagen. Escuetas siluetas, espacios vacios que resuenan y una anécdota sencilla pero contundente: ¡Poc!, ¡Poc!, ¡Poc! es la historia del encuentro de un hombre con un pájaro y cómo éste no quiere que se le suban encima. Con humor tanto en el texto como en la imagen, Roldán plantea el valor del mensaje, con un sustento casi didáctico, pero dejando de lado el tono moralizante. Con 158 palabras contando el título, Roldán construye un microrrelato en el que lo visual aporta aquello que la palabra silencia. Es un “relámpago narrativo”, tal como plantea José María Merino[24].
c. Un rey de quién sabe dónde de Ariel Abadi. Ilustrador autodidacta, director de arte y creativo publicitario argentino. Trabaja principalmente con acuarelas, tintas, pasteles y tinta china. Un rey de quién sabe dónde fue premiado en la categoría “Libro-álbum” en los “Destacados de ALIJA[25] 2004”. A mi entender este libro-álbum es el mejor microrrelato que plasma el tema de la violencia, el poder, las ambiciones desmedidas, desde el lugar de lo mínimo y lo breve, casi podría decirse desde lo minúsculo. Abriendo la puerta a la esperanza, a otros posibles relatos miniaturas, el autor enmascara en chupetines los cetros reales y en personajes aniñados a los más perversos tiranos. Destaca la representación del niño como la figura separada de las ambiciones mundanas, matizando mediante distancia irónica los tiempos de guerra, con los tiempos de juego. En este libro-álbum se plantea un caso de intertextualidad visual, al hacer referencia en una de las escenas al universo shakesperiano de Hamlet, desde la composición y el color, hasta la posición del personaje se remite a la obra. Esto se refiere a lo que plantea Teresa Colomer con respecto a que los libros-álbum son pensados para un doble destinatario: el adulto y el niño. Por su parte, el título del texto aporta su cuota de humor por la reiteración de los pronombres interrogativos, los que refieren también a la universalidad del tema. Abadi hace una lectura crítica del mundo, aquí y ahora, y elige seguir remando. Cuestión que se evidencia en la última página del libro, en la que se observa a uno de los personajes –ex rey- remando hacia el horizonte, a la derecha de la imagen dice: “El principio de otro otro cuento”. Cabe destacar además que lo plantea después de la palabra “Fin”. Por último, se destaca la ironía y el humor del contrapunto entre el tema del libro-álbum y el tamaño de la edición -7cm x 15cm-. En la conjunción del texto y la imagen lo que predomina es el sarcasmo, lo lúdico y el humor, el autor narra en 72 palabras contando el título este microrrelato gigante.
d. El comelibros de Agustín Comotto. Autor e ilustrador argentino, radicado en la actualidad en España. Su texto fue el destacado de ALIJA 2006. Este libro-álbum plantea desde la composición visual de la tapa lo que será el eje temático del libro: la voracidad por la lectura, por las palabras. El personaje del libro, el Sr. B, sufre de esta insaciable apetencia: la incontrolable necesidad de devorar libros. A lo largo del texto se mezclan con imágenes de ricos matices, texturas y colores pasteles las referencias intertextuales a autores reconocidos de la literatura universal como, por ejemplo: Verne, Conrad, Poe, Melville, Defoe y Stevenson. Aquí el autor realiza, por un lado, un homenaje a los autores y, por el otro, invita a leerlos. A estas obras vuelven las letras voladoras luego de ser liberadas de las ropas del Sr. B. Otro guiño a la biblioteca de los lectores es que todos los jueves el Sr. B regresa a la librería, de nombre Ahab, para llevarse nuevos libros. Este microrrelato circular de tan sólo 161 palabras, contando el título, se propone -tal como sucede con el género textual- destacar la existencia de momentos recursivos de lectura, sólo así descifrará el lector los enigmas que proponen.
En conclusión, tanto los libros-álbum como los microrrelatos producen en la transacción con los lectores –dirá Rosemblatt- la capacidad de formular hipótesis sobre el mundo. Podría pensarse que, tal como plantea la escritora Luisa Valenzuela, estos textos no nos proveen de un significado directo, “sino […] múltiples capas de sentido, porque a pesar de la brevedad, existe una apertura a la imaginación; son pequeñas puertitas abiertas a la imaginación”. Tanto libros-álbum como microrrelatos, requieren del lector un gran esfuerzo cognitivo, de manera que el mismo debe poner en juego sus esquemas de conocimiento, sus saberes, su biblioteca en el momento de la lectura. Por último, en cada imagen creada en los libros-álbum existen diversos núcleos semánticos, es decir que la ilustración condensa significación y para decodificarla es necesaria la apropiación del lenguaje visual. Dicho lenguaje debe ser enseñado. Los libros-álbum se constituyen en la mejor entrada al mundo del arte y la literatura. Son infinitas las posibilidades a la hora de trabajar con estos textos con los niños en instancias de adquisición de la lectura. No nos olvidemos que autoras como Teresa Colomer vienen señalando el valor de enseñar a leer a través de la ficción, qué mejor que aprovechar el abanico de posibilidades que nos otorgan los libros-álbum. Pero es difícil que el proceso inferencial lo realicen los niños sin el soporte de los adultos, en particular de los docentes de Nivel Inicial y primer ciclo, quienes en principio tienen que ser capacitadas para lograr realizar la trasposición didáctica. Las instituciones educativas argentinas, en particular la universidad, deberán rever cuál es el rol que asumen como formador de formadores sobre este tema, y sobre la enseñanza de la alfabetización visual de la mano de la alfabetización verbal, o seguirán marginando la enseñanza de estos tipos textuales a instancias optativas y a esfuerzos individuales.
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Obras trabajadas:
ABADI, Ariel. Un rey de quién sabe dónde. Buenos Aires: Ediciones del Eclipse, 2004.
BANYAI, Istvan. El otro lado. México: FCE, 2005.
ROLDÁN, Gustavo (h). ¡Poc!, ¡Poc!, ¡Poc! Buenos Aires: Ediciones del Eclipse, 2004.
COMOTTO, Agustín. El comelibros. Barcelona: Ediciones del Eclipse, 2006.
[1] Plantea Isabel Solé: “Leer es un proceso cognitivo complejo, que activa estrategias de alto nivel: dotarse de objetivos, establecer y verificar predicciones, controlar lo que se va leyendo, tomar decisiones en torno a dificultades o lagunas de comprensión, diferenciar lo que es esencial de la información secundaria” (Solé, 1992, 1994).
[2] Para ampliar la información de lo que significa la lectura extensiva recomiendo el artículo de Annabelle Hernández Herrero publicado en Revista Electrónica Actualidades Investigativas en Educación. Volumen 7, Número 3, Año 2007: “La lectura extensiva: un medio para mejorar la habilidad lingüística de la población estudiantil” en http://revista.inie.ucr.ac.cr/articulos/3-2007/archivos/lectura.pdf (23/05/08)
[3] Daniel Pennac. Fragmento de su texto: Como una novela. Ed. Norma.
[4] Plantea la investigadora Laura Pollastri: David Lagmanovich, uno de los más tempranos y agudos estudiosos del tema, ha publicado un importante volumen Microrrelatos. (Buenos Aires-Tucumán: Cuadernos de Norte y Sur, 1999; 1ª reimpresión: 2003). Allí realiza un deslinde terminológico proponiendo la categoría de “microtextos” en los que incluye desde los haiku, hasta los “casos” de tradición oral, las sentencias, las “greguerías” de Ramón Gómez de la Serna, entre otros. Dentro de esta categoría incluye los microrrelatos, designación reservada para los que “cumplen los principios básicos de narratividad”. En el III Congreso Internacional de Minificción, Santiago de Chile 2004, avanzó sobre esta idea, proponiendo una categoría intermedia, la de “minificción”, que se ubicaría entre el minitexto y el microrrelato; dentro del campo amplio de la minificción hay textos narrativos y textos que no lo son. El microrrelato sería la minificción narrativa. Sobre este mismo campo de designaciones, en su trabajo Comprensión lectora y producción textual. Minificción hispanoamericana. Una propuesta para el Tercer Ciclo de E.G.B., Stella Maris Colombo y Graciela Tomassini señalan que la categoría de minificción comporta un área más vasta ya que “colocan el énfasis en la brevedad y en el estatuto ficcional de las entidades que designan sin hacer alusión a una clase de superestructura discursiva determinada” concluyendo que la de “minificción” comporta un área más vasta en tanto se desprende de las restricciones genéricas. (Colombo, Tomassini, 1998: 26-27).
[5] Y agrega Lagmanovich en su artículo “Hacia una teoría del microrrelato Hispanoamericano”: “Los géneros literarios no son tres, como creyeron los antiguos (...) hay tantos géneros como perspectivas de formulación existen para el fenómeno literario, en íntima comunicación con la conciencia del escritor, con la percepción del lector y los condicionamientos de un momento histórico y cultural determinado”.
[6] En su página de internet, el Banco del Libro fundamenta cuáles son los propósitos del organismo: “El Banco del Libro es una Asociación Civil venezolana privada, sin fines de lucro, que investiga, experimenta, innova y divulga acciones dirigidas a niños y jóvenes para su formación como lectores. Para lograr esto, estudia, evalúa, recomienda y distribuye libros y otros materiales de lectura en español, destinados a niños y jóvenes. Además, produce, recopila y difunde información útil sobre lectura y libros para niños; diseña, realiza y asesora servicios y programas de promoción de lectura. Desarrolla actividades y programas de formación para adultos promotores de lectura: padres, docentes, bibliotecarios, especialistas, editores, libreros y otros. Nuestro principal objetivo es orientar a los padres, maestros y bibliotecarios en la manera de fomentar la lectura de los buenos libros en el hogar, la escuela y la biblioteca” en
http://www.bancodellibro.org.ve/portal/index.php?option=com_content&task=view&id=43&Itemid=94 (25/08/08)
[7] “Destinos inesperados: libros para niños adoptados por los lectores adultos” por el Comité de Selección del Banco del Libro. N° 10 - Buenos Aires, 20 de octubre de 1999. Imaginaria. Revista quincenal sobre literatura infantil y juvenil.
[8] Daniel Goldin está a cargo de la colección y edición de “Los especiales de A la orilla del viento”, de FCE, en la que se publicaron hasta el 2001 en Argentina libros de excelencia artística y autores de reconocimiento internacional. Cf. Entrevista “El álbum, un género editorial que pone en crisis nuestro acercamiento a la lectura” realizada en la Revista Nuevas hojas de lectura. http://www.nuevashojasdelectura.com/p-indicehl09.htm (31/03/08).
[9] “Una cuestión de imagen” en Revista Ñ. 15.07.2006. http://www.clarin.com/suplementos/cultura/2006/07/15/u-01233853.htm
[10] Según Mónica Weiss: “En música, en arquitectura, la noción de contrapunto es frecuentemente usada para analizar obras compuestas por diversas subestructuras, por diversos lenguajes. En tal sentido, con su obligada conjunción entre texto e imagen, el libro ilustrado aparece como un caso claro de contrapunto”. Citado de “El contrapunto en el libro ilustrado” en http://forodeilustradores.com.ar/articles/weiss-01.htm (24/09/2008)
[11] ARIZPE, Evelyn y STYLES, Morag. “¿Cómo se lee una imagen? El desarrollo de la capacidad visual y la lectura mediante libros ilustrados” en Lectura y vida. Revista latinoamericana de lectura. Año 23, Nº1. Marzo 2002.
[12] Cf. La cita corresponde a Nicolajeva y Scott, citados por Arizpe y Styles, op. cit. Las autoras explican que entienden capacidad visual (visual literacy) como “la construcción activa de significado de experiencia visual pasada junto con mensajes visuales que van llegando” (Conceptos extraídos de Sinatra R. 1986).
[13] Daniel Ivoskus. Vivir conectados. Sociedad, política y comunicación en la era digital. Buenos Aires: Norma, 2008.
[14] Daniel Rojas Mix. El imaginario. Civilización y cultura del SXXI. Buenos Aires: Prometeo Libros, 2006.
[15] Bajour, Cecilia y Carranza, Marcela. “El libro álbum en argentina” en Imaginaria. Revista quincenal sobre literatura infantil y juvenil. N° 107 - Buenos Aires, 23 de julio de 2003. http://www.imaginaria.com.ar/10/7/libroalbum.htm#bajour (07/06/08).
[16] Daniel Goldin, op. cit.
[17] Teresa Colomer plantea en su artículo “La enseñanza de la literatura como construcción de sentido” que “la alfabetización social diversificó los usos de la lectura y la escritura, la extensión de la escolaridad incorporó sectores sociales para los que las formas habituales de enseñanza resultaban ineficaces, la irrupción de los instrumentos de comunicación audiovisual contribuyó a satisfacer la necesidad de ficción propia de los seres humanos ofreciendo otros canales de formación del imaginario colectivo, y los mecanismos ideológicos para crear modelos de conducta y de cohesión social hallaron también nuevos cauces en los poderosos medios de comunicación. Por otra parte, la emergencia del discurso tecnológico y científico eclipsó el prestigio de las humanidades en una alarmante contraposición que ha llevado a denunciar el fin de la cultura de la palabra (Steiner, 1990)”. Y continúa, “y, sin embargo, la consistencia de la literatura como instrumento de la construcción cultural de los individuos y las colectividades continuaba ahí. El significado, la cultura y el lenguaje son campos de interés central en el mundo actual y ello ha conducido al encuentro continuado de diversas disciplinas con la reflexión sobre estos temas producida desde la teoría literaria a lo largo del tiempo” (2001:3).
[18] Daniel Goldin, op. cit.
[19] Violeta Rojo. “El minicuento, ese (des)generado” en RIB, http://www.iacd.oas.org/template-spanish/rib96/rojo.htm (17/04/02).
[20] TOMASSINI, Graciela y COLOMBO, Stella Maris. “La minificción como clase textual transgenérica” en RIB, http://www.iacd.oas.org/template-spanish/rib96/tomassini-colombo.htm (17/04/02).
[21] Para ampliar la información referida a este tema cito: Soriano Burgués, Noelia. Alejandra Pizarnik y su odisea silenciaria.
[22] Becciu, Ana [Edit.]. Prosa completa de Alejandra Pizarnik. Barcelona: Lumen, 2003.
[23] En la página de Istvan Banyai en internet Ist1 se plantea que hay en sus obras 10% de inspiración y 90% de sudor. http://www.istvanbanyai.com/
[24] Entrevista: Ficción en pequeñas dosis a José María Merino. “El microrrelato es la quintaesencia narrativa” - Por Winston Manrique Sabogal - 01/09/2007
http://www.elpais.com/articulo/semana/microrrelato/quintaesencia/narrativa/elpepuculbab/20070901elpbabese_1/Tes
[25] ALIJA es la Asociación de Literatura Infantil y Juvenil de Argentina tiene un blog que inauguró en el 2007 en el que plantean: información institucional, una agenda de eventos recomendados, una lista de enlaces a sitios vinculados con el mundo de la literatura infantil, un lugar con la historia del premio "Destacados de Alija", y un espacio para las novedades editoriales. http://alija-inst.blogspot.com/